Por los inocentes gira el
mundo, no por los vivos. No seamos idiotas.
Quiero compartir un texto
que me hizo moverme física y
virtualmente por diferentes esferas. Conocer, reflexionar, sentir; pasarla como
un chico que sale al barrio con su pelota en la mano.
Lo quiero hacer porque
creo que es importante para mí y para aquellos que lo lean. Cuando lo expuse en
el seminario internacional de Derecho organizado por la UGD y la U. de Vigo de España, el
que llevaba la batuta de las presentaciones en la actividad, hacia el final de
todas las exposiciones al momento de hacer las preguntas, me interrogo por los
derechos culturales mencionados en la legislación Argentina al poco tiempo que
empezó a recitar de memoria los derechos contemplados en su legislación. Por su
puesto respondí, sé muy bien las normas (es mi negocio); pero sucede que no logro
contemplar la ciencia jurídica sin la ciencia social y a veces, me voy de mambo
y me meto en sitios ajenos a espiar, a ver qué hay de nuevo, a ver quién esta.
Finalmente, he agradecido por su pregunta ya que me ha permitido darme
cuenta que al texto le falta un contenido jurídico más profundo y que cuando
hablo con abogados hay que sacar indefectiblemente la constitución, los
códigos, los tratados, y etc. Hace mucho tiempo que me di cuenta, a pesar de la
dificultad que tengo tantas veces de llevarlo a la práctica, que la
“ejemplaridad” tiene mayor legitimación que la norma jurídica, y por suerte,
también hace un tiempo, encontré una teoría que respalde mi pensamiento. La
teoría es el trialismo y es del jurista Goldschmidt, pero hoy no voy a entrar aquí,
ni mucho menos en la forma que la conocí, aunque valdría la pena hacerlo. Antes
de la interrogación, Pablo (ahora recuerdo su nombre) me dice que le pareció
interesante mi "alegato". Esa palabra fue otro punto importante. Un alegato según
el diccionario es una exposición razonada, generalmente extensa, en defensa de
alguien o algo. Un alegato jurídico, es todo aquello, hecho en un tribunal. Es
Strassera con el “nunca más”. El punto importante, fue que me di cuenta que el
texto definitivamente si podría ser un alegato, aunque nose que tanta
influencia pudo tener mi lectura para ser considerado como tal. Es evidente el
peso que tiene el cuerpo; y a mi últimamente se me vienen ganas de chocarme un colectivo.
Al texto lo leí en la
feria del libro de la ciudad de Formosa; en el seminario internacional de
Derecho, organizado por la Universidad Gastón Dachary y la Universidad de Vigo
(España); y prontamente estará siendo objeto de debate en el primer congreso de
gestión cultural a realizarse en la ciudad de Avellaneda provincia de Buenos
Aires. Dejare unas referencias mínimas de cada uno de estos espacios y
siguientemente estará el texto completo. En el caso de Formosa, dejare algunas imágenes
de la ciudad y un breve fragmento del relato Formosa con vos.
FERIA DEL LIBRO. CIUDAD DE FORMOSA.
(Breve fragmento del
relato “Formosa con vos”)
“Apenas bajamos del
colectivo corrimos, corrimos rápido hacia un remis que nos lleve también rápido
a la feria. La terminal apenas pudo ser
vista, y el remisero en el camino nos hizo una pequeña guía zonal de la ciudad.
Luego de marcar el destino: “hotel de costanera”, inicio con una corta
descripción del mismo. Por suerte fue positiva y la presión atmosférica nos atrajo
aún más al inmueble. Todo fue verdad.”
https://www.facebook.com/FeriaDelLibroFormosa
CIUDAD,
CULTURA Y EL INFIERNO DE CALVINO.
Por Lino
Armando Lopez Torres.
El siguiente texto es una
reflexión desde varias dimensiones, sumándole la incorporación de datos
cuantitativos que le dan cierta rigurosidad, sobre lo que podríamos denominar participación de la vida cultural en la
ciudad. Se inicia con dos preguntas, no para llegar a un final sino para
iniciar desde algún lugar. Preeminentemente la atención de lo escrito se dirige
hacia los márgenes, es decir hacia los marginados. Ya no es un secreto que la
privación del goce de un derecho fundamental es la exclusión de la democracia
como sistema, y la degradación ciudadana en la sociedad política.
Introducción.-
El imperio romano cayó en
manos de los barbaros en el año 453 d.C. Allí el político Cicerón decía: “La republica es cosa del pueblo, no es una
reunión de hombres congregados de cualquier manera, sino la sociedad formada
bajo la garantía de las leyes y la para la utilidad común”. (Lastra, A.P.
p. 33)
Luego de mil quinientos
años, con el advenimiento de los Derechos Humanos, entendemos que ningún hombre
puede ser encerrado en los límites de su mundo privado y que ha conquistado el derecho
de aparecer en público. Es este el derecho de todas y todos a ser personas
públicas y a participar en la res pública.
Hannah Arendt, postulaba que solo existe un único derecho humano que da
origen a todo el resto, y que si este cae todo el resto cae como juego de
domino adverso. Su frase: el derecho a
tener derechos, quiere decir que las opiniones tienen la posibilidad de
ingresar en la esfera pública y adquirir eficiencia sus acciones. Es así que
derecho a la ciudadanía; la pertenencia a un orden político diría Lechner, la
pertenencia a un planeta diría Edgar Morín; aquel del cual ninguno de los otros
derechos seria realizable, debe entenderse como la trascendencia de la misma ciudadanía. (Lechner,
N. p. 4)
El filósofo Mounier decía,
que quien se negare a vivir en forma pública la experiencia de la vida
personal, pierde el sentido de ella, como se pierde la sensibilidad de un
órgano que no funciona. (Mounier, E. p. 7)
La cultura es lo público.
.-
Dos preguntas:
¿Es
un problema la falta de acceso a expresiones culturales en la ciudad?
¿Aún
más problemático es la falta de acceso de determinados sectores sociales
desventajados?
Por un lado, utilizare
aquí la idea de cultura (siendo está multívoca) como el Derecho de acceso al
goce de bienes y servicios culturales (papel pasivo), y la posibilidad de tomar
parte, contribuir, crear y comunicar cultura (papel activo)[2]. En términos generales,
esto puede ser visto como el derecho a la libertad de expresión y a la
recepción de esta, aunque no se agota allí.
Por otro lado, tomare el informe
mundial (2022) “Re/pensar las políticas
para la creatividad” de la UNESCO, donde se busca hacer un seguimiento de
la “Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las
Expresiones Culturales”[3], en tanto se suma a ello el aporte de datos que
demuestran que la misma norma puede ser un instrumento operativo de la agenda
2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS); diré que la
cultura es un nexo principalísimo en la unión de las esferas de la vida. Su
transversalidad hace de ella un motor fundamental en el desarrollo social,
económico, político y ambiental de una sociedad. Se constituye como un pilar de
la cohesión social y una barrera de contención de la desintegración social, a
su vez de una transformación colectiva e individual (es decir inclusión e
igualdad). También es un vitalista que arroja luz a los espacios muertos de la
ciudad (resiliencia). Y un interlocutor que conversa con su pasado (identidad),
y a la vez dialoga con la diversidad mundial.
Entonces, retomando la
pregunta. Si efectivamente afirmamos que una familia de un barrio periférico de
cualquier ciudad, de cualquier provincia, no acceda a leer un libro o a ver una
obra de teatro, es un problema; cabría preguntarse ahora sí, por sus causas.
¿Es la falta de la voluntad individual o la influencia del grupo familiar? ¿Es
la falta de incentivos en tal actividad, pasada de generación en generación y
de contexto en contexto? ¿Puede la escuela tener algo que ver con todo esto?
¿Puede resumirse todo esto diciendo que tan solo fue la falta de una biblioteca
o una cinemateca cerca, a la vuelta de la cuadra?
Un dato llamativo, en relación a esto, es el indicador que incluyó la
ciudad China de Dequing para determinar si el 100% de sus residentes podía
llegar a un recinto cultural en 40 minutos, evaluando así el progreso de la
lucha contra la pobreza. Tomando esto y
haciendo un paralelismo con la ciudad de Posadas que tiene aproximadamente un
1/3 de la superficie en km2 de aquella, la distancia a recorrer
sería aproximadamente de unos 13 minutos.
Si nos preguntáramos,
volviendo más arriba, exactamente lo mismo, poniendo el ejemplo ya no de una
familia de bajos recursos económicos viviendo en la periferia de una ciudad,
sino todo lo contrario, ¿cabrían las mismas respuestas? Puede que sí, aunque
con la diferencia de que si existiese un mínimo de voluntad, estos tendrían la
posibilidad y altas probabilidades de moverse lo
suficientemente lejos para acceder a un libro de filosofía o a una película de
Bertolucci. Yo mismo cada tanto me veo en la necesidad de viajar a la capital
del país a buscar libros que aquí, donde estoy, no llegan. También sé que tengo
amigos que tienen igual o más recursos económicos que yo, pero son poco afines
a la cultura. Se de ellos que a diferencia mía, no nacieron en casas donde las
expresiones artísticas sean difundidas y que tampoco alcanzaron grados de
estudios altos, como sí lo hice yo. Sea lo que sea no quiero caer en las
amplias discusiones sobre el voluntarismo y el instinto, ni mucho menos. Sé que
Pierre Bourdieu nos podría dar una respuesta a ello con la incorporación de la
dimensión diacrónica en el sistema de relaciones y la noción de habitus del
agente; pero todo esto nos llevaría muy lejos y no me interesa poner aquí el
foco en aquellos grupos que tienen la oportunidad en sentido amplio de acceder
algo y no lo hacen, porque es algo que no lo sé del todo y también sería motivo
de una pregunta.
Quiero enfocarme en el
primer ejemplo: la familia de bajos recursos. En la Argentina, más del 50% de
niños niñas y adolescentes son pobres según datos del INDEC. Para todos ellos
esto es un condicionante sacado como un número de lotería. La falta de un
capital económico no es solo el hecho de no tener dinero bajo el colchón sino
todo lo que conlleva esto. La falta de recursos económicos es el equivalente a
no tener tiempo, y la falta de tiempo el equivalente a no constituir ciertos
intereses, que a su vez llevarlos a cabo requieren de tiempo. Por supuesto que
lo que estoy diciendo no es un axioma y no siempre es así (lo mencione más
arriba), pero algo de esto ya fue tratado por Marx, su alienación, y su lógica
analítica en términos de lógica económica.
También, algunas teorías de la
democracia (gobierno del pueblo a través del sufragio) hablan de los altos
costos que implica estar informado para elegir bien o al menos elegir al que
esté más cerca de representar nuestros intereses. Shumpeter, decía que el
sistema democrático necesariamente requiere de una ciudadanía plena.
Cabría preguntarse si con
los números de pobreza de nuestro país se alcanzaría esa plenitud. La encuesta
nacional de consumos culturales del año 2017[4] reflejo que solo 4 de
cada de 10 argentinos leyó un libro completo en el año. Los que no lo hicieron
aludieron en un 47% a la falta de interés, en un 23% a la falta de tiempo, y
solo en un 9% a los altos costos de los libros. Otro 9% dijo que por que ya no
estudia, y el 7% adujo problemas de salud. No hace mucho tiempo alguien del
medio local expreso que la gente no lee, no porque no quiere sino porque tiene
que elegir entre comer y comprar un libro[5]. Esta frase que
seguramente tiene mucho de estallido, se pincha si hincamos un poco su
superficie. Un libro, inclusive en una ciudad como Posadas (donde la oferta no
abunda), puede valer menos que un litro de cerveza. Aún más, hasta puede ser
gratuitos; la misma gratuidad que existe en el ingreso a museos y a algunos
espectáculos teatrales. La gente no tiene
interés en hacerlo es la respuesta a que la gratuidad no es sinónimo de
accesibilidad. Esto puede ser salvado, al menos parcialmente, si existiese una
cercanía de espacios que permitan el acceso a ellos. De la misma forma que lo
ocurrido con la puesta en valor de los espacios públicos, y de la instalación
de juegos y elementos para hacer actividades físicas en las plazas de la
ciudad, donde los vecinos allegados empezaron a ocuparla y a verse interesados
por ellos, no porque antes lo hayan estado sino porque el mismo interés surgió
en tanto posibilidad de realización. En sentido amplio, lo que está en juego
aquí es el derecho a la salud.
Mucho más, si
reconociéramos lo mencionado sobre el papel transversal que hace de la cultura
un fuerte vínculo relacional con la salud, el bienestar, el medio ambiente, la
educación, etc., el aprovechamiento de dichos espacios con la ya relativa
ocupación de los mismos, podría ser aún mayor. Una revisión llevada a cabo
entre el año 2016 y 2020 acerca de como se ha integrado la cultura en el
seguimiento de los ODS demuestra esta falencia. Aunque mas de la mitad de los informes
menciona la cultura en la aplicación de los ODS, solo el 13% de los países que
presentaron informes reconoce el papel transversal de la cultura, y las
industrias culturales siguen siendo un terreno inexplorado. Esto marca su gran
potencial.
Otro ejemplo, es la
construcción de bicis sendas en la ciudad. Si bien es cierto que existía un
pequeño grupo[6] que
instaba al Estado la construcción de ellas, lo cierto es que, una vez hechas,
el número de ciclistas que la utilizan es cada vez mayor. La bicicleta no solo
genera un beneficio (de salud) personal, sino que disminuye los accidentes de
tránsito, no contamina el aire, y crea un paisaje acorde a los ojos humanos que
ven cuerpos y no maquinas. La inversión devengada en un área se
recupera ahorrando en otra, y el Estado necesariamente debe marcar la cancha
por abogar por el bien común desde una dimensión tomista-aristotélica.
Con la construcción de
espacios de cultura[7] en
barrios periféricos, esa falta de interés del que hablábamos por la recepción y
la expresión cultural no será tal; y en todo caso si aquello no ocurriere, la
fundamentación de su existencia reposaría sobre el eventual interés de alguien
que ante esto tendría el derecho de encontrar la oportunidad "real",
sin mayores obstáculos, para satisfacer su necesidad. No es lo mismo decir
(volviendo al principio del texto), puedo, pero no quiero, que decir, quiero,
pero no puedo. La inversión (de vuelta) devengada en un área se recupera
ahorrando en otra. Está probado que a mayor educación[8] menor conflictividad social y viceversa. La
disminución del conflicto trae aparejados menos gastos en seguridad y menos
gastos en el aparato judicial para la resolución de esos conflictos, siendo que
ninguna tarea se desenvuelve de manera aislada y todo cae en una “dialéctica de
complementariedad”. Si por cada barrio, o conjunto de barrios, habría un
espacio de cultura que semanalmente disponga de una grilla de actividades, y
supongamos que en esas actividades no asista más de una persona (lo cual no lo
creo por experiencias compartidas), igualmente esa tarea tendría valor bajo la
premisa de que nadie puede cambiar el mundo, y lo máximo que se puede hacer es
cambiar la visión que tiene alguien del mundo.
Según la ONU, actualmente
mas del 55% de las personas del mundo viven en ciudades y se estima que para el
2050 esta cifra llegaría aproximadamente al 68%[9]. En la provincia de
Misiones el 30% de su población vive tan solo en tres de sus 75 municipios:
Posadas, Garupá y Candelaria. Esto convertirá a las ciudades en espacios cada
vez mas multiculturales donde el valor de la cultura como el nexo que las
mantiene unida ira en aumento. Los gobiernos locales tendrán el desafío de
hacer de ellas lugares más inclusivos, seguros y sostenibles, donde lo público
hará su cometido por ser el lugar de encuentro y algarabía Los grupos
vulnerables o desventajados (discapacitados, adultos mayores, etc.) van a
requerir de acciones positivas, y las zonas rurales tendrán en la cultura
(sobre todo en el turismo cultural) un elemento para evitar el éxodo de sus
habitantes.
Un ejemplo de que los
Derechos adquiridos no existen, y lo que solo existe es la lucha por la
conservación de ellos, fue lo que recientemente ocurrió en nuestro país con la
discusión por el desfinanciamiento del fondo especial de cultura cuyos beneficiarios son diferentes organismos del Estado.
INaMu
(Instituto Nacional de la Música), INCAA
(Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), INT (Instituto Nacional del Teatro), CoNaBiP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) y el FOMECA (Fondo de Fomento Concursable
para Medios de Comunicación Audiovisual). Cuando la discusión tendría que pasar por la
expansión de ellos y no su regresión[10]; hoy su lucha pasa por la
no eliminación. Esto demuestra la dificultad a la que nos sometemos, en tanto
aparece la necesidad de moverse para sentir las cadenas[11].
Dice Calvino en las
ciudades invisibles: “Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias,
deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los
libros de historia de la economía, pero estos trueques no lo son sólo de mercancías,
son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos.”
“El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que
existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando
juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para
muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo
más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuo:
buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y
hacerlo durar, y darle espacio.”
BIBLOGRAFIA.-
CALDERÓN, Fernando (compilador). (2017).
“Los límites de la Democracia” Volumen 1. CLACSO. Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
DUBET, F Y MARTUCCELLI, D. “En que sociedad vivimos”. Losada. Buenos Aires.
GUTIÉRREZ, Alicia B. (1994). “Pierre Bourdieu: las prácticas sociales”. Centro
editor de América Latina.
FRIGERIO, Alejandro. “La
construcción de los problemas sociales: Cultura, Política y movilización”.
Boletín de lecturas sociales y económicas. UCA. FSCE. Año 2. N° 6.
MORIN, Edgar; ROGER, Emilio y MOTTA, Raul. (2002). “Educar en la era
planetaria” Editorial Gedisa. España.
MOUNIER, Emmanuel.
(1962). “El personalismo”. Editorial universitaria de Buenos Aires.
LASTRA, Arturo Pellet. (2003). “Teoría del Estado”. LexisNexis. Abeledo –
Perrot. Buenos aires.
LECHNER, Norbert. “Los derechos humanos como categoría política”
[2] Véase el siguiente artículo: https://losmonstruossonellos.blogspot.com/2022/04/derecho-cultural-un-camino.html. Allí se busca conceptualizar la cultura desde un aporte normativo, particularmente desde el Pacto Internacional de Derechos económicos, sociales y culturales.
[3] Aprobada
en el año 2005. A la fecha fue ratificada por 150 países (incluido la Argentina
en el año 2007) y la Unión Europea.
[4] https://www.lanacion.com.ar/cultura/lectura-en-picada-solamente-cuatro-de-cada-diez-argentinos-leyeron-un-libro-en-el-ultimo-ano-nid2137033/
[5] https://www.elterritorio.com.ar/noticias/2019/06/30/628022-editar-y-publicar-ya-no-es-algo-inalcanzable
[6] Personalmente les agradezco.
[7] Espacios de cultura es un término a ser
definido. Aun así, lo pienso como un lugar que tenga los elementos necesarios
para participar pasiva y activamente de la cultura.
[8] He aquí la fuerte relación de la educación
con la cultura, por ello muchos ministerios son de educación y cultura.
[10]
Principio de no regresividad.
[11] Frase
atribuida a Rosa Luxemburgo.