“Alegoría de un buen gobierno”. Ambrogio Lorenzetti.
Rawls propuso una teoría de la justicia para
sociedades democráticas. Ello, tenía un carácter marcadamente igualitarista frente a perspectivas individualistas y de extrema competencia propia de
sociedades liberales. En definitiva, Rawls, propiciaba un liberalismo
igualitario, o un socialismo liberal, o una democracia de propietarios.
No
discriminación.
Para Rawls, en una sociedad democrática justa, las personas
no deben estar condicionadas por distinciones personales como la raza, el sexo,
situación económica, etc., que, al decir de él, son circunstancias que no
deberían tener ninguna relevancia moral. En definitiva, todas las personas
deberían poseer igual valor y dignidad. Es lo que se determina en el art. 2 de
la DUDH. (cláusula de no discriminación). Su justificación parte de una premisa: la
injusticia es una consecuencia que me cabe por una causa que yo no la provoque;
ej. si tengo menos derechos y oportunidades por haber nacido en un barrio pobre
y no en un barrio rico, la sociedad es injusta, en tanto nadie elige donde
nacer (lo que él llamaría naturaleza azarosa).
Rawls contra el
utilitarismo.
El utilitarismo es una corriente filosófica -
política, que, a la hora de resolver un dilema sobre la decisión a tomar, elige
aquella que satisfaga la felicidad del mayor número de individuos posibles. Es
así, que concibe a la democracia como el mejor sistema de gobierno, en tanto
otorga a cada ciudadano un voto (una persona, un voto), alegando que aquello garantiza
a todos ellos un mismo valor.
Para Rawls, si bien esta doctrina era
bienintencionada, no garantizaba la primacía de la justicia dando a cada
ciudadano un igual valor.
¿Por qué?
Aunque era cierto que una decisión tomada por la regla
de la mayoría era más eficiente en términos de tiempo y espacio en un sistema
social, se preguntaba si cualquier decisión, por más mayoritaria que fuese,
valía. Si, por ejemplo, elegimos mayoritariamente como deberían vivir los
negros, ¿aquella decisión debería ser tomada en serio? Exigía que previamente
las propuestas deberían estas justificadas, y esa justificación lo leía en
términos de justicia, no de felicidad (primero lo justo, luego lo feliz). Afirmaba entonces: “Cada persona posee una inviolabilidad fundamentada en la
justicia que ni la consideración del bienestar de la sociedad en su conjunto
puede anular”.
Rawls, reprocha al utilitarismo por confundir
imparcialidad con impersonalidad. Aunque puede ser noble en intenciones al
otorgar a cada sujeto el mismo valor numérico, en la práctica puede ser nefasto
para la libertad y la igualdad de las personas. Es así, que la búsqueda del
bienestar general o de la mayoría, puede llevar a la justificación de que algunos
ciudadanos sean convertidos en simples medios,
y a ser utilizados como meros objetos
para fines colectivos. -Como diría Kant, una persona no es un instrumento, es
un fin en sí mismo-.
Una teoría
alternativa.
Para Rawls, la cultura política de las democracias
avanzadas entiende a la sociedad -ni comunidad, ni asociación- como un sistema de cooperación a lo largo del
tiempo, de una generación a otra. Ello requiere, que las reglas de cooperación sean
aceptadas por todos los miembros -principio de dignidad-, ya que no se puede
cooperar forzadamente. Quiere decir esto, que los bienes sociales que se han producido colectivamente (gracias a esa
cooperación), deben ser distribuidos justamente. Es decir, hay un problema de justicia distributiva cuando todos los
ciudadanos participan de algún modo en la cooperación de la producción de
bienes sociales a distribuir.
Mucho más, dice Rawls, cuando los recursos de una
sociedad son escasos y sus integrantes son más o menos parecidos en lo que hace
a capacidades naturales, buscando todos ellos la realización de su proyecto de
vida -para lo que requieren bienes sociales-, existe una necesidad elemental de
general más bienes sociales para su distribución. En efecto, se aclara aquí la
preocupación sobre los planes de vida caros, ya que, quien requiera extraer
recursos en mayor cantidad que otros, puede afectar esa misma distribución.
Principios de
justicia.
La función de los principios de justicia consiste en
regular la estructura básica de la sociedad, determinando que expectativas de
beneficios pueden esperar sus miembros a cambio de cooperar.
Rawls, propuso dos principios de justicia. El primero
consistía en distribuir aquellos bienes sociales que de ninguna manera podían
ser desiguales entre los ciudadanos; y el segundo, regular aquellos bienes
sociales cuya distribución desigual seria justificable.
Dentro del primero
se encuentran las libertades clásicas de la tradición liberal. Pensamiento y
conciencia, libertades de asociación, libertades vinculadas a la
autodeterminación, libertades implícitas al estado de derecho, y lo que Rawls
llamo: la “cláusula del valor equitativo de las libertades políticas”, que
buscaba garantizar que todas las personas tengan la misma capacidad de participar
e influir en el proceso político democrático (una conversación entre iguales).
Para el segundo
caso, Rawls entendía que, sin ciertas desigualdades, la cooperación social no
sería tan productiva, y que por lo tanto habría menos bienes a distribuir, lo
que llevaría a que los ciudadanos tengan menos posibilidades de realizar su
proyecto de vida. Entre esos bienes estaba el de la propiedad.
Pero para justificar aquellas desigualdades económicas
y sociales, se tenían que satisfacer dos condiciones. La primera es el principio de igualdad de oportunidades,
consistente en igualar las condiciones de partida de todos los individuos. La
segundo el principio de la diferencia.
Este principio consistía en que las desigualdades en la democracia solo serían
justas (luego de satisfacer la igualdad de oportunidades) si los que menos
tienen salen ganando con ella, y, por ende, son los primeros en aceptarlas.
Ahora sabemos que no es el mérito lo que justifica la
desigualdad, sino el beneficio para el que menos tiene. Expresa Gargarella: “Rawls
acuñó una idea que luego (a través de Carlos Nino) el ex Presidente Raúl
Alfonsín convirtió en frase propia: necesitamos mirar a la sociedad desde el
punto de vista de los más desaventajados”