miércoles, 1 de septiembre de 2021

Ante la ley

Dejare por aquí un cuento, una poesía y un audiovisual. El primero (ante la ley de Kafka), a pesar de sus diversas interpretaciones, lo pretendo relacionar con el cortometraje de Kieslowsky - la oficina - donde podemos apreciar una dificultad, tanto en el primero (cuento) como en el tercero (audiovisual), para alcanzar aquello que pretendemos  - la pretensión (estudiada en el derecho procesal) es lo antes al derecho- .  La burocracia del sistema, representado si se quiere de una forma mas metafórica en un guardián, y mas literal en una oficina con papeles sellados, nos lleva a un espiral de nunca acabar donde pasando una puerta siempre nos espera otra. A continuación, la vejez se nos presenta y con ella deviene nuestra flaqueza en la protesta (en el cortometraje se puede apreciar mayormente gente adulta). En el medio, la poesía de Bukowski,  nos puede parecer fuera de contexto motivo de una demanda exigente para relacionar los temas. Aun asi, en ella se aprecia una suerte de diagnostico del sistema generalizado en la que se insertan las relaciones humanas. Cargada de un sentido trágico (la lluvia sera el nuevo oro dice), hacia el final nos hace imaginarnos como sera el siguiente capitulo luego del hermoso silencio jamas oído nunca. Como soy un hombre sesgado y de pocas ideas, resaltare la frase: "para abogados que cobran tanto que resulta mas barato declararse culpables". Hay una gran verdad en este verso, asi como hay una verdad pequeña en abogados con posturas pesadas, que tienen cargados sus bolsillos de piedras; pero es que a ellos también se les presenta el guardián y los sellos. La primera parte del documental "País cerrado, teatro abierto", tiene un dialogo entre Hector Alterio, personificando un detenido, y Jose Sacristán, personificando un abogado en donde se escucha lo siguiente. El detenido, le dice a su abogado luego de que este le dara la noticia que se agotaron las vías de apelación y perdieron: "ah bueno, bueno, bueno. Que ánimos son esos. Me habían dicho que eras un tipo combativo, un luchador. El autentico abogado de acero inoxidable". El abogado responde: "Estoy cansado. Habia imaginado durante tantos años el tiempo de otra manera; pero todo sigue igual"


Ante la ley

por Franz Kafka.

"Hay un guardián ante la Ley. A ese guardián llega un hombre de la campaña que pide ser admitido a la Ley. El guardián le responde que ese día no puede permitirle la entrada. El hombre reflexiona y pregunta si luego podrá entrar. 'Es posible', dice el guardián, 'pero no ahora'. Como la puerta de la Ley sigue abierta y el guardián está a un lado, el hombre se agacha para espiar. El guardián se ríe, y le dice: 'Fíjate bien: soy muy fuerte. Y soy el más subalterno de los guardianes. Adentro no hay una sala que no esté custodiada por su guardián, cada uno más fuerte que el anterior. Ya el tercero tiene un aspecto que yo mismo no puedo soportar'. El hombre no ha previsto esas trabas. Piensa que la Ley debe ser accesible en todo momento a todos los hombres, pero al fijarse en el guardián con su capa de piel, su gran nariz aguda y su larga y deshilachada barba de tártaro, resuelve que más vale esperar. El guardián le da un banco y lo deja sentarse junto a la puerta. Ahí, pasa los días y los años. Intenta muchas veces ser admitido y fatiga al guardián con sus peticiones. El guardián entabla con él diálogos limitados y lo interroga acerca de su hogar y de otros asuntos, pero de una manera impersonal, como de señor poderoso, y siempre acaba repitiendo que no puede pasar todavía. El hombre, que se había equipado de muchas cosas para su viaje, se va despojando de todas ellas para sobornar al guardián. Éste no las rehúsa, pero declara: 'Acepto para que no te figures que has omitido algún empeño.' En los muchos años el hombre no le quita los ojos de encima al guardián. Se olvida de los otros y piensa que éste es la única traba que lo separa de la Ley. En los primeros años maldice a gritos su destino perverso; con la vejez, la maldición decae en rezongo. El hombre se vuelve infantil, y como en su vigilia de años ha llegado a reconocer las pulgas en la capa de piel, acaba por pedirles que lo socorran y que intercedan con el guardián. Al cabo se le nublan los ojos y no sabe si éstos lo engañan o si se ha obscurecido el mundo. Apenas si percibe en la sombra una claridad que fluye inmortalmente de la puerta de la Ley. Ya no le queda mucho que vivir. En su agonía los recuerdos forman una sola pregunta, que no ha propuesto aún al guardián. Como no puede incorporarse, tiene que llamarlo por señas. El guardián se agacha profundamente, pues la disparidad de las estaturas ha aumentado muchísimo. '¿Qué pretendes ahora?', dice el guardián; 'eres insaciable', 'Todos se esfuerzan por la Ley', dice el hombre. '¿Será posible que en los años que espero nadie ha querido entrar sino yo?' El guardián entiende que el hombre se está acabando, y tiene que gritarle para que le oiga: 'Nadie ha querido entrar por aquí, porque a ti solo estaba destinada esta puerta. Ahora voy a cerrarla'."

Berlín, 1914.
Traducción: Jorge Luis Borges, 27 de mayo de 1938 en "El Hogar".

 

Nacido para esto / Nosotros los dinosaurios

nacidos así
para esto
sonríen las caras dibujadas con tiza
se ríe la Sra. Muerte
los ascensores se averían
los escenarios políticos se disuelven
el mozo del supermercado recibe un título universitario
los peces oleosos escupen sus oleosas presas
el sol se esconde tras una máscara

nacemos
así
para esto para estas guerras cuidadosamente insensatas
para contemplar las ventanas rotas de la fábrica de la vaciedad
para los bares donde la gente ya no se habla
para las peleas a puñetazos que acaban en tiroteos y cuchilladas
nacidos para esto
para hospitales tan caros que resulta más barato morirse
para abogados que cobran tanto que resulta más barato declararse culpable
para un país donde las cárceles están llenas y los manicomios cerrados
para un lugar donde las masas elevan a los imbéciles a la categoría de héroes y millonarios

nacidos para esto
andando y viviendo en esto
muriendo por esto
enmudecidos por esto
castrados
viciosos
desheredados
por esto
engañados por esto
usados por esto
meados por esto
enloquecidos y enfermados por esto
convertidos en violentos
en inhumanos
por esto

el corazón se ennegrece
los dedos se dirigen al cuello
al arma
al cuchillo
a la bomba
los dedos imploran a un dios que no responde

los dedos se dirigen a la botella
a la pastilla
al polvo

nacemos a esta lastimosa devastación
nacemos bajo un gobierno que lleva endeudado 60 años
y que pronto no podrá ni siquiera pagar el interés de esa deuda
y los bancos arderán
el dinero no servirá para nada
se producirán asesinatos por la calle, a la vista de todos, que
quedarán impunes
habrá armas y revueltas por todas partes
la tierra no servirá para nada
disminuirá la producción de alimentos
el control del poder nuclear estará en muchas manos
las explosiones sacudirán sin cesar la Tierra
hombres robot afectados por las radiaciones se acecharán unos a otros
los ricos y los elegidos lo observarán todo desde plataformas espaciales
el Infierno de Dante parecerá un juego de niños comparado con esto
no se verá el sol y siempre será de noche
los árboles se morirán
desaparecerá la vegetación
hombres afectados por las radiaciones devorarán la carne de otros
hombres afectados por las radiaciones
el mar estará contaminado
los lagos y ríos se volatilizarán
la lluvia será el nuevo oro

un viento oscuro esparcirá el hedor de los cuerpos putrefactos de hombres y animales

nuevas y horribles enfermedades asediarán a los últimos y escasos supervivientes
y las plataformas espaciales desaparecerán por consunción
por el agotamiento de las provisiones
por efecto de la decadencia general

y entonces reinará el silencio más hermoso que

se haya oído nunca.

con el sol todavía oculto

a la espera del siguiente capítulo.


# Del libro de Charles Bukowski, Poemas de la última noche de la tierra.

 

Cortometraje: La oficina.

Kieslowsky.

 




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