La democracia es
compleja. Como es un sistema plural y esencialmente expresivo, su vuelta de cancha
es controvertida. Es fogonera, ruidosa, molesta y hasta a veces abusiva. Aunque
no nos da todas las respuestas, sí nos garantiza poder hacer todas las
preguntas.
Fue un error
convocar desde el gobierno a una manifestación -que no solo no es del todo
genuina, sino que en algunos casos es coercitiva-, por la paz y la democracia
buscando posicionar así del otro a los que serían violentos y antidemocráticos,
es decir los indignos.
Han llegado al
paroxismo de no solo desconocer los derechos económicos, sino también los
derechos civiles y políticos. Se equivocan por confundir paz con quietud, democracia con autocracia, gobierno con Estado, interes público con
interés privado. Es una pena.
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