La protección constitucional recae sobre el derecho a la libertad de expresión. No recae sobre la verdad; ni se condiciona a las buenas palabras sobre la reputación de los funcionarios públicos. Además, para la sanción, el peligro debe ser claro y actual; como el ejemplo del juez Holmes; "gritar fuego en un teatro lleno".
Lo anterior es a propósito del fallo del juez federal de Cordoba que desestima la denuncia contra Dillom por lo dichos a Caputo.
Dillom y Andres Calamaro. Mi peor enemigo.
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