lunes, 13 de mayo de 2024

Derecho y Democracia.



 

“Puedo sentir mi corazón y juzgar que existe. Puedo tocar este mundo y juzgar también que existe. Ahí termina toda mi ciencia y lo demás es construcción. Pues si trato de captar ese yo del cual me aseguro, si trato de definirlo y resumirlo, ya no es sino agua que corre entre mis dedos.”

El mito de Sísifo. Albert Camus.

 

 

INTRODUCCION. -

En este breve texto, me propongo trazar un esbozo de la relación entre democracia y derecho, partiendo de un enfoque histórico. Mi objetivo es responder a la pregunta: ¿qué surgió primero, la democracia o el derecho? Para ello, llevaré la discusión al terreno de la relación entre individuo y sociedad, así como entre derecho subjetivo y objetivo, y entre derecho civil y derecho político. Explorar esta interrelación nos permitirá comprender mejor cómo se han desarrollado estas instituciones a lo largo del tiempo y cómo se influyen mutuamente en la configuración de las sociedades.

DESARROLLO. -

Se argumenta que en el mundo antiguo[1] oriental la noción de libertad era desconocida, refiriéndose específicamente a una libertad "institucionalizada" y organizada socialmente, es decir, la libertad "política". En los vastos imperios de la antigüedad, predominaba el despotismo; las extensas extensiones de tierra, junto con la falta de medios de control, requerían una intensificación de las atribuciones del gobernante. (Ayala, F. 1951).

Grecia, por otro lado, representa el primer experimento de organización política en el que se permite la participación ciudadana para la toma de decisiones dentro de la polis o estado-ciudad, que a su vez se caracterizaba por ser un territorio de dimensiones reducidas. Sin embargo, en el contexto del mundo antiguo, no se reconocía a la persona como un sujeto con derechos "frente al" Estado. Para los griegos, los derechos de un individuo estaban condicionados a su “pertenencia al” Estado o a la organización política. De esta concepción se deriva la célebre frase aristotélica: "El hombre es un animal político, y si viviera solo en el mundo, sería o un dios o un demonio".

Mas allá del entendimiento que se tenía de la “dignidad humana” en aquel entonces, como se refleja en el antiguo testamento con la afirmación: “El hombre ha sido creado a semejanza de Dios”; es importante entender al sistema político griego como un sistema “totalitario” -una ciudad que envuelve totalmente al individuo en el ámbito público- aunque no “autoritario” por la forma en el ejercicio del poder.   

En contraste con lo representado en la “ilustración” del siglo XVIII, donde se destaca un contexto particular, en la antigua Grecia se forjaba una noción distinta de libertad política. En las polis griegas, la libertad política implicaba el derecho a participar “directamente” en los asuntos públicos, aunque se dejaba de lado la idea de “libertad civil” -sobre todo bajo la premisa del derecho a ser dejado solo- y una esfera de vida privada e íntima. De hecho, el epicentro de la vida griega residía en la plaza pública más que en el hogar.

Por otro lado, la noción de libertad civil, entendida como la afirmación de la "individualidad" frente al poder del Estado o la comunidad política, fue refinada durante la Ilustración como una medida de protección contra el poder monárquico predominante en ese momento. En este contexto, se buscaba resguardar al individuo de posibles abusos de poder estatal, una preocupación que ni siquiera existía en la antigua Grecia, como señala Del Vechio al expresar que el Estado Griego no tenía límites a su actividad y podía regular hasta los detalles más pequeños de la vida. (Bidart Campos, G. 1970).

 

Comenzaremos a notar que mi análisis parte desde la perspectiva del derecho como derecho "subjetivo", pero también como derecho “civil”, concebido desde una mirada moderna, con el objetivo de establecer que la democracia, como sistema de gobierno, precedió cronológicamente al desarrollo del derecho. Esto implica también que los derechos políticos -derecho al reconocimiento- tuvieron prioridad sobre los civiles en su evolución.   

En la antigua Grecia, se estableció una forma de democracia directa, sin intermediarios y basada en la igualdad, aunque con ciertas reservas -mujeres, esclavos, extranjeros-. Posteriormente, el período helenístico sucedió a la era de las polis y destacó la cultura individual más allá de la comunidad, manifestada en el individualismo y el universalismo.

Los estoicos, en etapas posteriores, introdujeron la noción de un orden natural y cósmico que debe ser respetado, lo que marca uno de los primeros indicios del derecho natural. Este derecho natural se presenta como inmutable en contraposición al derecho positivo y las convenciones, que se establecen y evolucionan junto con las culturas.

En Roma, evoluciona la idea del derecho natural expuesta por Cicerón, quien proclamó que "la libertad no consiste en tener un buen amo sino en no tenerlo", y resaltó la importancia de la gratitud. Cicerón presentó la justicia como un absoluto y defendió la igualdad de todos los seres humanos.

El cristianismo desempeñó un papel fundamental en la formación de la noción de persona y de “derechos subjetivos” en este contexto. La ideología cristiana se centró en la comprensión de que, para transformar la sociedad, primero era necesario que el individuo cambiara internamente, ya que las sociedades surgían de las personas. Su enfoque se dirigía hacia lo interno en lugar de lo externo.

En este sentido, la frase de Cristo: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" fundamenta el derecho a la intimidad, la privacidad y la espiritualidad, siempre y cuando no interfiera con los derechos de otros, momento en el cual se convierte en un asunto político. Esta idea sienta las bases del artículo 19 de la Constitución Nacional Argentina.

Otro aspecto relevante es la noción de igualdad, establecida como un principio bajo la premisa de que todos somos hijos de Dios, eliminando así la relevancia de las diferencias secundarias. Ya no importa la raza, el sexo, ni el estatus de libertad o esclavitud. Los derechos humanos encuentran, muchos años después, un fundamento sólido para su “principio de igualdad y no discriminación”, como se establece en el artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.Principio del formulario

 

Anteriormente, mencioné la Ilustración y los derechos de las personas frente al Estado. Ahora, abordaré brevemente las consecuencias de elegir entre derechos “creados” por el Estado o derechos “reconocidos” por este.

Si consideramos primero, el surgimiento de derechos subjetivos por encima de los derechos objetivos -digamos el ordenamiento jurídico-, la organización política, es decir, el Estado, solo podría reconocer esos derechos. Sin embargo, si la secuencia es al revés, el Estado podría suprimir esos derechos, ya que el mismo fue quien los creó, y, por tanto, antes de ello no existían. Esta discusión se expande a la relación entre individuo y sociedad.

Según Hobbes, Locke y Rousseau, todos ellos autores contractualistas, su idea de contrato implica que los individuos ceden sus “derechos naturales” (estado de naturaleza o pre social) a través de un pacto voluntario creando así el Estado (estado social), para que luego este les devuelva nuevamente esos derechos transformados en “derechos civiles”. Aquí se destaca la supremacía del “individuo” sobre la “sociedad”, en contraste con la concepción clásica griega del zoon politikon, que sostiene que el hombre es un animal político por naturaleza.

 

CONCLUSION. -

En conclusión, entiendo que, desde nuestra tradición moderna, y desde la perspectiva que he tomado para responder la pregunta: ¿que surgió primero, la democracia o el derecho?, respondería que la democracia surgió primero por aparecer está en Grecia, en tanto la segunda -entendida como derecho subjetivo y civil- toma forma en el periodo de la ilustración.

La respuesta a tal pregunta no es absoluta y cambiaria dependiendo el tiempo y el espacio donde uno se situé, que perspectiva de análisis utilice- es decir por qué ventana mire- y que definición le dé a cada una de esas palabras. 

 

BIBLIOGRAFIA. –

Ayala, Francisco. (1951). “Historia de la libertad”. Ed. Atlántida

Bidart Campos, G. (1970). “Manual de historia política”. Ed. Ediar.



[1] Abarcando desde el origen de la humanidad hasta el siglo V d.C. 


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