lunes, 2 de junio de 2025

Votar es como elegir pareja

Quizás votar sea como elegir una pareja. Nadie elige un nabo como pareja. Terminar con una calentura es otra cosa, pero pareja, es decir, tener una relación medianamente duradera es algo más serio y ahí nadie elige a un nabo como pareja. Votar no se parece tanto a terminar con una calentura, sino más bien, a la acción misma de elegir pareja en tanto ese sujeto elegido te representaría por un tiempo que casi nunca baja a menos de cuatro años. Votar, entonces, es como elegir pareja. Y para eso, nos interesa saber que hizo, que hace y que piensa hacer esa persona. Nos interesa su forma de hablar, su forma de actuar ante hechos cotidianos, su nivel de cortesía, de respeto, su manera de entender el mundo, los problemas que identifica para buscar soluciones, su grupo de amigos, familia, su contexto, y el trato empático hacia los demás, hacia vos. Votar es como elegir una pareja. Y si nadie te convence y por lo tanto tu elección a alguien se vuelve un problema, lo mejor de todo es quedarse solo, es decir, elegir la soledad. Con el voto pasa lo mismo, si nadie te convence, ya sea por qué no hay nadie o porque hay alguien pero por una razón de circunstancias no se vuelve esa opción racional o simplemente no te llega la información relevante, lo mejor es votar en blanco. Quiero decir que en este caso la soledad es el equivalente al blanco, que además nos permite sugerir algo así como: “quiero una participación mayor que solo votar”, “quiero todo aquello que el voto no me da”. Así que si, quizás votar sea solo como elegir una pareja, y por favor, yo te ruego, no te pongas en pareja con un nabo.


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